La pandemia por COVID-19 ha puesto a prueba las capacidades institucionales de respuesta tanto de gobiernos nacionales como de gobiernos locales. Como parte de éstos, las áreas metropolitanas han sido el principal punto de contagios a nivel global y México no ha sido la excepción. Algunas de las zonas más afectadas son la Ciudad de México con 187,229 casos confirmados[1], donde la Alcadía Iztapalapa concentra el mayor número de casos: 27,164, Monterrey (27,527 casos confirmados), Guadalajara (37,931 casos confirmados), León (19,241 casos confirmados) y Ecatepec (12,169 casos confirmados), si bien cada una posee dimensiones geográficas y poblacionales muy distintas, todas pueden denominarse como gobiernos locales metropolitanos.
Hasta el momento, la mayor parte de las estrategias implementadas por estos gobiernos para atender la pandemia ha tenido que ver con la reconversión y coordinación interhospitalaria, la dotación de equipamiento especializado, la creación de medidas orientadas a contener los contagios y atender a poblaciones vulnerables, así como la puesta en marcha de programas de reactivación económica. Sin embargo, a diferencia de otros gobiernos locales, ha sido su carácer metropolitano, lo que a lo largo de los años, los ha llevado a potencializar y fortalecer sus relaciones internacionales a través del establecimiento de Acuerdos Interninstitucionales (AII), dentro de los cuales, los Hermanamientos adquieren un rol central; de hecho, sólo a excepción de Ecatepec, estos gobiernos locales metropolitanos mantienen algún Hermanamiento u otro tipo de AII con diversas contrapartes del mundo. De acuerdo con la Dirección General de Coordinación Política (DGCP) de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), León cuenta con un Hermanamiento con la Ciudad de Laredo. Monterrey ha firmado 17 acuerdos de hermanamiento, Guadalajara cuenta con 12 y Ciudad de México con 13. No obstante, sólo estas dos últimas ciudades han implementado estrategias para atender la pandemia a través de algún vínculo con la cooperación internacional. Por ejemplo, en la Ciudad de México se tuvo la presencia de la Brigada Médica Internacional Henry Reeves de Cuba, así como la participación de epidemiólogos provenientes de la Universidad de Harvard en la creación del Modelo Epidemiológico de la Zona Metropolitana del Valle de México. En tanto que Guadalajara lanzó una aplicación móvil desarrollada por la empresa alemana Robert Bosch, en colaboración con la Secretaría de Innovación Ciencia y Tecnología para facilitar los traslados del personal médico.
Si consideramos que la mayoría de estos gobiernos metropolitanos mantienen algún vínculo de cooperación internacional con contrapartes de otras latitudes, salta a la vista que no se estén aprovechando estos instrumentos para unir esfuerzos e implementar soluciones innovadoras en el actual contexto. Más aún cuando organismos internacionales y regionales, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) han puesto especial énfasis en la necesidad de estrechar lazos y forjar alianzas a través de la cooperación internacional.
Hoy en día los gobiernos locales metropolitanos tienen ante sí la oportunidad de reavivar los acuerdos de hermanamiento y resignificar estos lazos de cooperación en el contexto de la pandemia y la crisis económica y social que ha derivado. Estos instrumentos pueden ser una potencial vía para el intercambio de buenas prácticas y conocimientos para la reactivación económica, la búsqueda de estrategias de contención de contagios y atención a poblaciones vulnerables, la gestión de los residuos sanitarios, entre muchas otras problemáticas que, sin importar el lugar en el que nos encontremos, hoy preocupan y ocupan a todos los gobiernos.
[1] Todas las cifras de casos confirmados se presentan con fecha de corte al 23 de noviembre 2020 de acuerdo con los sitios web de las entidades y municipios.
Mtra. Samanta G. Rosas Nieva
Egresada del Instituto Mora, investigadora independiente
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