Los hermanamientos entre ciudades se hicieron populares después de la Segunda Guerra Mundial como una forma de promover la paz y la reconciliación internacional.
Cuando se trata de acordar un hermanamiento entre ciudades, no es relevante la ubicación geográfica, sino las afinidades culturales, industriales e incluso la toponimia. Tomemos, por ejemplo, el caso de Guanajuato, cuyo título conferido por el Rey Felipe V de España el 8 de diciembre de 1741, fue el de "Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santa Fe y Real de Minas de Guanajuato"[1]. De esta Santa Fe —con que aún se le conoce—, surgió el proyecto de hermanarla con las veinte localidades denominadas Santa Fe[2].
Pero los hermanamientos o enlaces gemelos, frecuentemente se realizan por motivos realmente triviales, como los viajes turísticos o compromisos personales de los munícipes, que dan por resultado proyectos de párvula escala, los cuales no van más allá de la simple anécdota, sin dejar nada a las ciudades y así es como se ha ido desvirtuando esa práctica.
De ahí que sea tan importante ampliar la comprensión cultural y la utilidad de la paradiplomacia municipal, sobre todo, en los países en desarrollo, donde no debería desperdiciarse el dinero público en frivolidades.
Hoy las ciudades deben crear redes de cooperación internacional para promover programas económicos y artísticos, relaciones amistosas, proyectos transfronterizos, oportunidades de estudiar en el extranjero y un mayor entendimiento cultural entre los pueblos.
Los convenios de las ciudades "gemelas" son la expresión del municipio como actor político que ha cambiado su escala de operaciones, para el desarrollo de actividades transnacionales, como una estrategia innovadora de gestión local internacional.
Dra. Teresita Rendón Huerta Barrera
Rectora del Campus Guanajuato
Universidad de Guanajuato
[1] Rangel Camacho, Manuel, IV Centenario de Nuestra Señora de Guanajuato, Quezada Brandi, Editor, León, Gto., 1968. [2] https://www.geodatos.net/ciudades-homonimas/santa-fe