En la mayor parte de los municipios mexicanos hablar de la internacionalización es hacer referencia a un tema, por un lado novedoso, al tiempo que resulta difícil de concretar, muchas veces inasequible y generalmente considerado como costoso. Pocos son los gobiernos locales que pueden presumir que llevan a cabo una política internacional que beneficie a sus ciudadanos. En general, hay una extensa creencia que las relaciones internacionales le corresponden al Estado-Nación (a la Federación), y en efecto la política exterior le corresponde de manera exclusiva a la Federación. No obstante, los gobiernos subnacionales (entidades federativas) y gobiernos locales puede llevar a cabo una política de internacionalización basada en los convenios de cooperación internacional descentralizada y en los hermanamientos de ciudades, siendo éste el instrumento predilecto de la mayor parte de los gobiernos (Schiavon, 2015). Dentro de la literatura académica abundan los ejemplos de Hermanamientos hechos para favorecer de facto a políticos locales o basados, ya sea en anécdotas poco verificables o en el recuerdo de algún personaje ilustre que pasó por la ciudad. El voluntarismo político suele estar presente en el origen de muchos de estos Hermanamientos que son olvidados una vez que ha pasado la administración que los firmó. El Hermanamiento de ciudades, instrumento de cooperación descentralizada, suele estar sujeto a los vaivenes de la confrontación política y las estrategias personalistas del Presidente Municipal; de manera que no se explota, ni se desarrolla el potencial de intercambio y desarrollo que estos instrumentos podrían tener. Este es uno de los motivos por los cuales, la Secretaria de Relaciones Exteriores recomienda que sea un Consejo Ciudadano el que gestione y promueva la conducción de los Hermanamientos. Dentro de dichos Consejos estarían representados los diversos sectores de la sociedad local interesados en desarrollar los Acuerdos de Hermanamiento. Un actor por demás relevante es el sector académico local. La Universidad es una organización más flexible que los gobiernos, y que por su propia naturaleza tiene acuerdos con diversas instituciones nacionales e internacionales, de tal manera que genera su propia estrategia de paradiplomacia, un espacio propio de cooperación, que puede ser aprovechado por los gobiernos en alianzas estratégicas, fuera de los intereses cortoplacistas de los grupos políticos que ocupan los gobiernos, y que suelen tener una mayor probabilidad de éxito. En gran medida, al no estar limitada su función temporalmente a los tres años que tiene para actuar la administración municipal, y al no buscar la reelección, el sector académico puede ofrecer estrategias de largo alcance que trasciendan los tiempos y vaivenes de las adminsitraciones municipales.
Dr. Fernando Díaz Pérez Profesor Investigador
Departamento de Gestión Pública
Universidad de Guanajuato
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